Con la llegada del otoño y el invierno, el hogar se convierte en el refugio principal frente a las bajas temperaturas y los días más cortos. En Chile, donde el clima varía desde los vientos fríos del sur hasta las lluvias del centro, preparar la casa para estas temporadas es clave para garantizar comodidad y bienestar. Coldwell Banker Chile, queremos compartir recomendaciones prácticas para que cualquier vivienda esté lista para enfrentar el cambio estacional con estilo y eficiencia.
El primer paso es realizar una limpieza profunda. Aunque suene básico, deshacerse del polvo acumulado durante el verano y ordenar los espacios permite empezar con el pie derecho. Se recomienda lavar cortinas, alfombras y cojines, ya que estos elementos tienden a atrapar suciedad y alérgenos. Además, es un buen momento para guardar la ropa ligera y sacar las mantas y abrigos. Organizar los clósets con cajas o separadores facilitará el acceso a lo esencial cuando el frío arrecie.
Un aspecto crucial es revisar el aislamiento del hogar. Las ventanas y puertas son puntos vulnerables por donde se cuela el aire helado. Inspeccionar los sellos y, de ser necesario, aplicar silicona puede marcar la diferencia en la temperatura interior. Para quienes usan calefacción eléctrica o a gas, un mantenimiento previo evitará sorpresas cuando el termómetro baje.
La iluminación también juega un rol importante. Con menos luz natural, añadir lámparas de pie o luces cálidas en las áreas comunes crea un ambiente acogedor. Combinar esto con textiles como alfombras gruesas o cortinas pesadas no solo aporta calidez visual, sino que ayuda a conservar el calor. Colores otoñales como terracota, mostaza o gris oscuro en cojines o mantas pueden transformar la estética sin grandes inversiones.
En cuanto a la cocina, preparar el espacio para recetas reconfortantes es una gran idea. Revisar que los electrodomésticos estén en buen estado y abastecer la despensa con ingredientes para sopas, guisos o infusiones hará que los días fríos sean más placenteros. Un tip útil es limpiar el horno y las hornillas, ya que suelen usarse más en esta época. También se puede aprovechar para ordenar los utensilios y dejar a mano lo que más se utilizará.
El exterior de la casa no debe quedar fuera. Recoger hojas secas, podar arbustos y proteger las plantas sensibles al frío con cubiertas o trasladándolas al interior son tareas esenciales. Si hay un patio o terraza, guardar los muebles de verano o cubrirlos con fundas impermeables prolongará su vida útil. Revisar canaletas y desagües evitará problemas con las lluvias, algo especialmente relevante en regiones donde las precipitaciones son intensas.
La seguridad es otro punto a considerar. Con noches más largas, verificar que las cerraduras y las luces exteriores funcionen bien proporciona tranquilidad. Instalar detectores de humo y monóxido de carbono, sobre todo si se usan estufas o chimeneas, es una precaución inteligente. Un hogar preparado no solo es confortable, sino también seguro para todos sus habitantes.
Preparar el hogar para el otoño y el invierno no tiene por qué ser una tarea abrumadora. Con pequeños ajustes y una planificación sencilla, cualquier espacio puede convertirse en un lugar acogedor y práctico.
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